Dependiendo de la estructura química de las algas, las neurotoxinas podrían afectar el sistema nervioso, las hepatotoxinas podrían afectar el hígado, las dermatoxinas podrían afectar la piel u otras toxinas que podrían afectar el estómago o los intestinos. Las personas y los animales están expuestos a estas toxinas a través del contacto directo con la piel o por inhalación. Los sistemas más comunes incluyen: irritación de la piel, ojos, nariz o garganta, dolor abdominal, dolor de cabeza, vómitos, diarrea y síntomas neurológicos